Existe una pequeña aldea llamada La Barquiña que se adentra en la ría y donde la vida parece tener un ritmo y una cadencia distinta, donde a pesar del paso de los años se mantiene, en esencia, exacta.
Mientras observaba como la marea bajaba y dejaba a la vista una espectacular imagen de toda la ría, explicaba a mis hijos el efecto de la luna sobre este fenómeno y uno de ellos me dijo «entonces papá, cuando suba todo vuelve a comenzar?»
Que significativo que un lugar tan especial mantenga la esencia imperturbable que caracteriza a cada uno de los que viven aquí y al mismo tiempo tengan cada día, en cada marea una nueva oportunidad para cambiar, para volverlo a intentar aunque te equivoques porque la marea volverá a subir mañana, para decidir cómo la queremos vivir, para construir relaciones, para superar miedos, para quererse más a sí mismos, para tomar un respiro, para agradecer a los que queremos y nos quieren… dejar atrás todo aquello que sabotea tu vida e impide disfrutarla, que mejor momento que hoy para soltar cargas, tomar un respiro y continuar.
Hoy tengo una nueva oportunidad de aprender, de superar obstáculos, de acercarme a mis sueños, de conocer más de mi y de compartirlo. No tengo nada que perder… mañana volverá a subir la marea.
Bienvenido nuevo día, buenos días La Barquiña.
Jorge Juan García Insua