
“Lo primero que quería era irme bien lejos,
Lejos de todo, hasta de los mosquitos. Irme hasta mirar a mi alrededor y sentir que no había nadie, nadie para nada, nadie… que me volviera a hacer daño.
Lejos del dolor del recuerdo de aquellos niños que se burlaban de mí, que me maltrataron por primera vez a los ojos de todos y que nadie quiso ni supo ver… aún me duele Jorge, solo tú ahora lo sabes. Roto… desde entonces y para siempre. Eran solo niños pero me hicieron tanto daño, tanto que me mataron en vida.
Siempre roto.
Lejos de esa primera lección de la vida, de bajar la cabeza, cerrar los ojos y apretar los dientes mientras recibí otras, no te la imaginas… me follaban como se folla a una muñeca, así… de usar y tirar… y que pase el siguiente. No sé cuántos, cuántas… qué más dá. A nadie pareció importarle. Si me hubiera tirado a una cuneta nadie me habría buscado.
Y un niño no sabe ir lejos, hasta en eso me engañaron. Un niño aprende a soltar todo eso a través de los puños, a romper puertas, a decir que me hice daño con un martillo cuando el martillo lo cogí para romperme los huesos, para castigarme, para matarme ya que un niño no sabe matarlos a ellos.
No era suficiente. La vida debió pensar que no era suficiente y dedicion que otros a su antojo dispusieran de mí. Así llegaron los 11, los 12, los 13…
Los 13 me dieron luz para empezar a pensar que merecía morir pero ni eso me enseñaron bien y la mierda de vida decidió que debía vivir arrastrándome ahora que me había empeñado en destrozar hasta convertir en polvo algunos de mis huesos…
(Largo silencio… coge aire)
Crees que alguien tuvo compasión? Nadie levantó la mirada a mi paso. Si alguna vez fui o tuve algo esos días lo perdí. Crecí sin nada, pasando los días y esperando la noche parado con los brazos en cruz a oscura en carreteras de mala muerte rezando… rezando que pasará un camión, un grande grande y me llevará por delante.
Soy tan cabrón que cada dia me despertaba tumbado en esas jodidas carreteras, supongo que caía muerto de cansancio y joder joder… algunos días olía meao, no sé si mío o de algún puto animal que se acercaría hambriento y ni por esas me mordía.
Tal vez así llegaría al cielo porque hasta eso parecía que no era para mí. No para un puto suicida, parece ser que allá arriba tampoco nos quieren. Para eso si valía! Para ser pecado! A la mierda el derecho de admisión Jorge! A la mierda todos.
De eso sí que tengo, mierda. Me sobra mierda, por dentro y por fuera y sabes lo que pasa con la mierda? La recoges pero sigue oliendo. Joder, yo debo oler a kilómetros.
Por eso mi padre me… en fin, desapareció. Igual no soportaba mi olor, tal vez apestaba más que yo y… no te creerás lo único que recuerdo ya de él… “espabila, ten agallas, sé un hombre”. Te imaginas? Ten agallas… pero espera que aún lo remató con un “lo último que quiero en esta vida es un hijo maricón”.
Maricón. El marica nace o se hace Jorge? Tendrás que ayudarme también en eso porque no sé lo que soy o lo que me han hecho ser o si puedo ser algo…
Aquella noche no dormí, bueno llevaba muchas sin dormir pero aquella… te faltarían folios para apuntar todo lo que me metí, fumé… hasta por las orejas, hasta por el culo… como quería mi puto padre. Y por más que me metía me despertaba al día siguiente o a los dos días o a los cuatro, respirando. Increíble verdad? No me quieren arriba pero tienen la mente tan retorcida como para que siga vivo. Debo ser el circo de feria más entretenido que han tenido, luego dicen que los psicopatías estamos abajo…
Bueno, no sé si lo soy? Lo soy Jorge? No estaría mal. Un suicida psicópata tiene glamour. Joer y que lo sepa mi padre. Mejor un suicida psicópata que un suicida maricón.
No puedes entender cuando ves que otros si lo han hecho, sí lo han conseguido… me cago en… qué valientes! Ellos sí y yo, aquí explicándole mi vida a un loquero. No te enfades, te lo digo de buen rollo.
Entiendes por qué quería irme lejos. Nadie quiere escuchar esto, nadie quiere escuchar a la mierda. Y tú vas y hasta escribes sobre ello? Pensé… a este tengo que conocerlo, está más loco que yo o ha visto mucha mierda.
No sé si vengo para que me ayudes a encontrar el valor para volver a intentarlo o para acojonarte, que me digas que no puedes ayudarme y así tenga una excusa más. Como si las necesitara, como si no tuviera suficientes.
Igual no llego a la siguiente sesión. Nadie me echará de menos, tú… pareces buena persona. A las buenas personas les caen las grandes mierdas. Has pasado por mierdas Jorge? Joder, será que soy una buena persona? Qué cabrón el de arriba! Ala! No había más buenos que tenia de dejar caer toda la mierda sobre mi. Toda para mi!
(Llora. Largo silencio)
Entonces, cuándo nos vemos? Si llego… si no llego es gratis no?”

No he pronunciado una palabra en la sesión. Salvo presentarme, pedir permiso para grabar y luego para cerrar día, hora y pedir permiso para publicar.
Se ha levantado varias veces, se ha sentado en la alfombra, se ha estirado… cogido a la caja de pañuelos. En todos esos movimientos he sentido que no debía hacer, que si para él así estaba bien, así estaba bien. Imposible no sentir, removerte y emocionarte cuando alguien llega a ti así.
Cuando se ha marchado solo pensaba desde el suelo que hay que ser muy valiente, mucho más de lo que puedo llegar a concebir para con todo dar el paso y venir hoy aquí.
El resto me llevará unos días bajarlo o tal vez me dé la oportunidad de hacerlo juntos.
Jorge Juan García Insua