Que sea otro café

Esta vez tampoco me siento diferente. Y ya van…

Debe ser cosa de la edad. Tal vez lo sigo haciendo mal y a pesar de llevar un buen puñado de cumpleaños aún no he aprendido a hacerlo “bien”. Ahora me dirán que si más viejo, más sabio, más maduro, pues no estás tan mal, sumando canas, ya no recuerdas cuando eras joven… Cumplir años sigo sin saber qué es pero momentos sí reconozco haber aprendido algo de cumplir momentos a lo largo de tantos años.

Tiempo. Años. Quiero tener la edad de mis sueños y que cada vez que cumpla años te acuerdes de mi. Y el día que no te acuerdes será el momento de irme.

Cuando se agote mi tiempo y me vaya ojalá sea en silencio, con el tiempo justo de mirar atrás, tímido a veces sereno otras muchas. Pediré un último segundo para ver lo que dejó atrás, lo que perdí, lo que no quise encontrar ni buscar y tener un instante para meter la mano en mi bolsillo y sentir que poco o nada necesito para marchar allá donde vayamos cuando marchamos. Silencio para que me vaya con miradas, con un abrazo, con una mano que agarre fuerte la mía y que sea lo último que sienta y lo único que me lleve.

– Y si es mi último día, cuál sería tu deseo?

– Pasarlo contigo. Sólo contigo, pasa el día que te queda fingiendo que el tiempo se acaba para los dos. Sin miedo a perderte porque cuando te pierda me perderé contigo.

Puedes soñar una vida el tiempo que tarda un sorbo de café. Cuando lo saboreas lo paras, lo haces corto… un café para vernos, uno para despedirnos. Un café con tiempo es la distancia más corta entre dos personas y cuando se acaba el tiempo… otro café… Abrázame por detrás mientras lo preparo. Tú pon el azúcar.

Así es ella. De azúcar. No quiere molestar y entre modestia se muestra elegante. Tan grande de alma como de ojos, tristes a ratitos a la vez que luminosos. Así es ella. No te costará saber de quien hablo. Cuando te la cruces es la que te hace girar la cabeza, la que te quedas mirando, la que te hace soñar y desear saber con qué sueña. Ella que no quiere llamar la atención y hace como si no pasara nada pero todo pasa y te pasa cuando la tienes a tocar.

– Dime si es el fin? -me ha preguntado.

–  No, no puede serlo. He respondido

– Cómo lo sabes?

– No han aparecido la letras…

– Y eso qué significa?

– Que hay tiempo para otra escena. O dos. O tres… hasta el beso.

La del tiempo que estamos sin decidir temiendo las consecuencias y nos cegamos para no ver que no dedicir es decidir. No decidir es darle al tiempo la batuta y dejar que pase como si consumir tiempo nos llevara hacia algo y es todo lo contrario. Consumir tiempo es parar, es decidir no vivir y a menudo dejar que otros vivan y decidan por nosotros.

Deseamos, todos seamos en algún momento dejar de ser fuertes y que nos mimen y cuiden. No porque no podamos, porque a cuidarnos solos ya nos lo enseña la vida sino rompernos en los brazos de alguien que nos quiere y queremos. Rompernos al tiempo que nos sentimos vulnerables y sentir como los brazos nos aprietan, nos mantienen unidos, alivia lo que sentimos y nos da la paz que necesitamos. Paz, quédate con quien te de paz en cada abrazo. Quédate con quien cuando te abraza se queda, respira sereno y al compás de ti.

– Prométeme que me besarás al irte. Siempre

– Sí claro, te lo prometo. Para qué necesitas esta promesa?

– Si me besas antes de irte volverás deseando volver a besarme. Esa es la mía.

Sólo quiero eso. Un juntos aunque estén lejos, un juntos sincero y un amor que crezca entre las diferencias porque amarse por lo que nos une es fácil, tan fácil como fugaz. Un juntos de noche y a solas, sin filtros, con las almas desnudas. Un juntos para conocernos, descubrirnos y volvernos a descubrir.

Si es verdad que la mejor edad es esa en que dejas de cumplir años y empiezas a cumplir sueños aún me quedan muchos años por delante… porque mi cabeza sigue llena de pájaros y porque todos estos años de camino sí han servido para empezar a cambiar algunas cosas como trabajar un poquito menos y a días vivir mucho más.

Así que no quiero decirle adiós a mis 50, mejor un “volveremos a vernos cuando me extrañes” y soñemos nos volvemos a ver. Cuando suceda dime que echabas de menos mis abrazos y la paz que sentías en ellos.

Otro café?

Jorge Juan García Insua

Qué saldría de la idea loca de coger un trocito de 12 publicaciones que nadie ha leído y no he mostrado? 

Todas escritas en los últimos 365 días, sobre todo desde septiembre hasta ayer. Y si las pongo en cierto visceral y emotivo orden y pretendo convencerme que tiene sentido?

Tal vez la locura no fue pensarlo sino hacerlo y atreverme a compartirlo. Lo he titulado “Que sea otro café”

Publicado por Jorge Juan García Insua

Nací y me siento especialmente unido a Badalona y a su mar, tal vez por el origen gallego materno. Soy el mediano de tres hermanos y tuve en mi padre el mejor modelo de vivir según tus valores, el valor de las cosas y el sentido de sacrificarte por aquello que realmente es importante. Amante del deporte, inquieto, intenso, apasionado, observador, con vocación de servicio, con fuerte conciencia social, receptivo, emotivo y me llena ayudar a los demás de forma desinteresada. Mi vida ha estado marcada por dos experiencias médicas... Un déficit de una proteína relacionada con la coagulación y tres trombosis cuando aún no había llegado a mi mayoría de edad me obligaron a afrontar e intentar superar situaciones poco habituales para un todavía adolescente, así como aceptar aspectos que me acompañaran el resto de mi vida. Ya superados los 30 me detectaron una Hepatitis C crónica grave que me hizo replantearme mi vida y lo que realmente era importante, cinco años de desgaste físico y emocional donde recorrí un camino de miedos y frustraciones acompañado de tratamientos y efectos secundarios. Superado todo quise devolver una pequeña parte de lo mucho que había recibido a los demás, y encontré la forma en aquello que me apasiona... las personas. Psicólogo de formación por la Universitat de Barcelona, Máster en Dirección de Recursos Humanos por Les Heures (UB), Técnico Superior de PRL, Máster en Liderazgo, Inteligencia Emocional y Coaching por EAE Business School, Coach certificado por ICF y actualmente realizando un Máster en Psicología Clínica y de la Salut mientras realizo estudios superiores como padre de mellizos, que son mi principal fuente de aprendizaje. Mi experiencia vital y mi pasión por la personas y por acompañarlas en la superación de situaciones, problemas y dificultades me ha llevado a estar siempre ligado a la psicoterapia, al voluntariado y a la consultoría organizacional en empresas de todo tipo con especial interés al desarrollo de personas. Actualmente atiendo como Psicólogo y Coach en Consulta Privada en Badalona (y On Line para cualquier punto del planeta), al tiempo que trabajo como Director Técnico para Residencias y Psicólogo para la Fundació Nen Déu. Mi propósito es acompañar desde mi formación y experiencia de más de 20 años en Psicología y Coaching a personas a enfrentar y solucionar sus problemas, a descubrir y trabajar esas limitaciones que impiden seguir el camino que consideran adecuado y alcanzar los objetivos personales y profesionales que se propongan. Especialmente a aquellas que como yo luchan con enfermedades o con sus efectos y secuelas, así como asesorar y acompañar a familiares y su entorno en la gestión de emociones, sentimientos y miedos. Si quieres saber más de mi... sólo has de leerme o visitar mi perfil en Instagran, Facebook o LinkedIn. Bienvenid@s a mi camino. Jorge

Deja un comentario