El paquete de pañuelos

Aún no son las 15:00 h en un hospital de Badalona.

A dos asientos de mí hay una madre con la que interpreto es su hija adolescente. Ambas están llorando y con respeto me acerco y les ofrezco un paquete de pañuelos. La madre me los acepta, coge uno y quiere devolverme el paquete, con un gesto le hago saber que se lo puede quedar. 

Al minuto se sienta una Señora enfrente mío y las mira. Por momento parece molestarle la escena. Hace caras, gestos que interpreto van dirigidos a que los vean la madre y su hija.

Esos gestos continúan y hace que otra señora sentada cerca decida cambiarse de sitio. Me resulta aún más incómodo ver como otras personas se percatan de lo insólito de la escena pero no intervienen.

La susodicha señora en lugar de reducir la intensidad de sus muecas parece estar empeñada en aumentarla. Finalmente la incomodidad me puede y decido levantarme y sentarme a su lado para pedirle respeto.

Aún no me he sentado a su lado cuando dirigir sus gestos hacia mí y siento que me recrimina no “actuar” para que la madre y su hija “controlen” las muestras de dolor y angustia.

– Joven, usted que lo ve debería decirles que bajen el tono porque esto es un hospital

– Señora precisamente por eso creo que no es su dolor el que merece corrección, tal como lo veo yo es justo al contrario…

Sin dejarme seguir…

– Ya ya… por eso les has dado el paquete de pañuelos! 

– Sí, exacto. Por eso y porque de esa forma además de ser educado quería expresar…

– Mire joven! Esto es un hospital y hay que estar en silencio! – muy enojada.

– (Respiro) Sé que es un hospital Señora y cierto que hay que estar en silencio pero lo veo distinto a Usted y creo que no se pone en lugar de esas personas. Además, ese cartel no impide nada hacer de llorar, emocionarse o sentir miedo por la salud de los quieres. Sólo pide silencio como una forma de respeto y atención hacia los enfermos, familiares y profesionales.

– Bla bla bla Señor (en este momento dejo de ser joven para pasar a ser señor), es usted tan maleducado como ellas!!!

Y acto seguido se levanta hasta sentarse en la otra punta de la sala, al tiempo que una doctora entra en la sala preguntando por los familiares de un hombre, a lo que la madre y su hija se levantan y al caminar hacia la doctora me coge fuerte la mano por un instante asintiendo y se marcha.

Un señor que estaba sentado detrás mío espalda con espalda gira la cabeza para decirme: “Bien hecho, esa señora no puede estar bien, que maleducada!”. No acierto a saber responder.

En cuestión de segundos esta sala de espera ha pasado de exponerme a la compasión a pasar a ponerme ante la ira, la rabia y la cólera. He entrado en su juego y he sido una “presa fácil” y un motivo para expresar más alto y fuerte su frustración.

Acercarme a ella ha sido como echar leña al fuego y tal vez hubiera actuado mejor tomando distancia y centrarme en la madre y su hija. He actuado visceralmente y desde la molestia que me provocaba su actitud. 

Yo que tantas ocasiones trato muchos aspectos de gestión emocional con mis pacientes me he puesto y experimentado estar al otro lado y no saber.

Me llevo el aprendizaje y el sentir que no podré ayudar a la Señora del enojo, ni me lo pidió ni entendí en caso de querer en qué quería ser ayudada hasta que era tarde. Sí y es lo realmente importante, me siento bien por haber estado por unos breves segundos para una madre y su hija en un momento de angustia y haciendo algo tan sencillo como ofrecer unos pañuelos.

A la señora y su hija “me ofrecí” desde la igualdad, algo así como un te ofrezco lo que tengo y soy, en cambio a la otra señora desde cierta superioridad o incluso prejuicio y no me gusto ahí.

En mis tiempos de universitario leí muchos capítulos de un libro donde el autor hablaba de un trastorno que llamaba “Enojo con el mundo”. El libro hacía una descripción de este trastorno o enfado patológico a través de las personas que a lo largo de su vida se había cruzado y coincidían en transmitir esa irritación, actitud negativa hacia los demás, quejas constantes, resentimiento ante ciertos comportamientos “inofensivos” sociales, aislamiento social…

Creo que a ese libro de falta al menos un capítulo, hoy he conocido a su protagonista.

Jorge Juan García Insua

Publicado por Jorge Juan García Insua

Nací y me siento especialmente unido a Badalona y a su mar, tal vez por el origen gallego materno. Soy el mediano de tres hermanos y tuve en mi padre el mejor modelo de vivir según tus valores, el valor de las cosas y el sentido de sacrificarte por aquello que realmente es importante. Amante del deporte, inquieto, intenso, apasionado, observador, con vocación de servicio, con fuerte conciencia social, receptivo, emotivo y me llena ayudar a los demás de forma desinteresada. Mi vida ha estado marcada por dos experiencias médicas... Un déficit de una proteína relacionada con la coagulación y tres trombosis cuando aún no había llegado a mi mayoría de edad me obligaron a afrontar e intentar superar situaciones poco habituales para un todavía adolescente, así como aceptar aspectos que me acompañaran el resto de mi vida. Ya superados los 30 me detectaron una Hepatitis C crónica grave que me hizo replantearme mi vida y lo que realmente era importante, cinco años de desgaste físico y emocional donde recorrí un camino de miedos y frustraciones acompañado de tratamientos y efectos secundarios. Superado todo quise devolver una pequeña parte de lo mucho que había recibido a los demás, y encontré la forma en aquello que me apasiona... las personas. Psicólogo de formación por la Universitat de Barcelona, Máster en Dirección de Recursos Humanos por Les Heures (UB), Técnico Superior de PRL, Máster en Liderazgo, Inteligencia Emocional y Coaching por EAE Business School, Coach certificado por ICF y actualmente realizando un Máster en Psicología Clínica y de la Salut mientras realizo estudios superiores como padre de mellizos, que son mi principal fuente de aprendizaje. Mi experiencia vital y mi pasión por la personas y por acompañarlas en la superación de situaciones, problemas y dificultades me ha llevado a estar siempre ligado a la psicoterapia, al voluntariado y a la consultoría organizacional en empresas de todo tipo con especial interés al desarrollo de personas. Actualmente atiendo como Psicólogo y Coach en Consulta Privada en Badalona (y On Line para cualquier punto del planeta), al tiempo que trabajo como Director Técnico para Residencias y Psicólogo para la Fundació Nen Déu. Mi propósito es acompañar desde mi formación y experiencia de más de 20 años en Psicología y Coaching a personas a enfrentar y solucionar sus problemas, a descubrir y trabajar esas limitaciones que impiden seguir el camino que consideran adecuado y alcanzar los objetivos personales y profesionales que se propongan. Especialmente a aquellas que como yo luchan con enfermedades o con sus efectos y secuelas, así como asesorar y acompañar a familiares y su entorno en la gestión de emociones, sentimientos y miedos. Si quieres saber más de mi... sólo has de leerme o visitar mi perfil en Instagran, Facebook o LinkedIn. Bienvenid@s a mi camino. Jorge

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