La invisible

– Esa soy yo! La invisible, tan invisible que me da miedo que llegue un día que me vaya y nadie se dé cuenta, que nadie note que me he ido. Puedo soportarlo todo menos eso! – ha dicho la paciente, temblorosa y sobrepasada.

– Qué supondría eso para ti si sucediera? – he preguntado.

– No… no tendría más remedio que reconocer que mi ausencia tiene la misma importancia que mi existencia. Qué triste verdad? Y si eso sucede dime qué me ata a este maldito mundo. El día que suceda prefiero irme.

– Siento que ese miedo es muy profundo para ti. Me dices que lo insoportable no es solo el dolor, sino el sentir que tu vida puede pasar inadvertida. ¿Lo estoy entendiendo bien?

– Sí Jorge. Sí, porque si nadie lo nota es como si no hubiera existido nunca y esa maldita sensación me ha acompañado siempre, siempre.

– Esa es  una sensación de invisibilidad muy…dura. Pero al mismo tiempo, me lo compartes aquí, a mi, lo cual me hace pensar que dentro de ti todavía hay una necesidad de ser vista, reconocida, escuchada. ¿Cómo te hace sentir que yo sí conecte y sienta lo que estás viviendo ahora?

– Me alivia un poco… aunque siento que ese alivio no durará.

– Qué te hace pensar que no durará?

– No ha durado hasta ahora y ningún loquero lo ha cambiado.

– Es válido que sientas eso. Y a la vez, este pequeño alivio me dice que todavía hay algo que puede darte sostén, aunque sea breve.

– Te gustan los retos Sr Psicólogo. Debes saber que otros lo han intentado

– Me lo dijiste pero no he sido yo quien ha ido a ti, has sido tú quien buscó ayuda, miraste, leíste y decidiste que fuera yo. Así que el reto es tuyo y “técnicamente” me has pedido que te acompañe en él. Déjame que recuperemos la línea …

– Si mi ausencia tiene la misma importancia que mi existencia dime qué me ata a este maldito mundo. Tiene la Psicoloia respuesta a eso?

– No lo sé y sinceramente disto mucho de saber “todo” de la Psicología y la Psicología no tiene respuesta a todo pero sí nos ayuda a hacernos preguntas, ademas es una pregunta “enorme” la que planteas: qué nos ata a este mundo cuando sentimos que la diferencia entre estar y no estar es mínima, tan pequeña?

A veces, el vínculo con la vida no depende de ser “indispensables” para otros, sino de encontrar un sentido propio, aunque sea pequeño.

–  Y siese sentido nunca llega?

– Entonces lo que podemos hacer es crear fragmentos de sentido. Déjame que te lo explique. Hay quienes encuentran sentido en la belleza de algo pasajero, como una música, un amanecer, una mirada compartida, un abrazo… Otros lo buscan en dejar huellas pequeñas: un gesto, una palabra que toca a alguien. No siempre se trata de grandes reconocimientos, sino de aceptar que incluso en lo breve puede haber valor.

– Sí, pero todo eso desaparece igual… como si nunca hubiera existido.

– Lo breve es también real. Un fuego que se apaga deja de haber sido fuego? Del mismo modo, una vida no necesita ser eterna para haber tenido significado. Y si no fuera una cuestión de permanencia, sino de experimentar, de sentir, de influir aunque sea un instante en una parte del mundo, en el curso de la vida. La tuya, la mía, la de alguien…

– Y si sigo sin ver nada que merezca la pena?

– Quizás entonces tendrás que intentar mirar con otros ojos, como si fueras una visitante de este mundo por primera vez. Tal vez el sentido no se encuentra al final del camino, sino en la simple decisión de seguir buscándolo. Y en ese acto —el de seguir preguntándote por él— ya hay una forma de resistencia… y de existencia.

– No sé si tengo fuerzas para seguir buscándolo… Me siento agotada, tal vez no encuentre las fuerzas Jorge…-

– Te entiendo. Cuando alguien vive tanto tiempo con ese cansancio y en ese desgaste emocional, pedirle que siga buscando puede sonar casi imposible. No pretendo presionarte ni obligarte y te pido perdón si te lo ha parecido. Lo que quiero transmitirte es que no tienes que hacerlo sola ni de golpe. A veces basta un paso muy pequeño, sostenerte en un instante, como ahora mismo que estamos conversando. Ese ya es un acto “de vida”.


– Y si mañana vuelvo a sentir que nada tiene sentido?- Entonces hablaremos de eso mañana. Ni yo ni nadie puede garantizar que el dolor que sientes  desaparezca de inmediato, pero sí podemos pensar juntos en cómo ir día a día. Y si llega la desesperación te propongo traerla aquí, ponerle juntos palabras, compartirla, sacarla y tal vez así alivies la carga.


– Me da miedo depender de eso… de ti, de estas sesiones.


– Ese miedo también es valioso reconocerlo. También lo tengo yo, no que dependas porque sé que eso no pasará. No se trata de depender, sino de tener un lugar donde tu dolor puede estar sin que tengas que cargarlo sola. Mientras tanto, podemos trabajar en herramientas para que, en esos momentos críticos, tengas algo más que sostenerte además de mí: una persona de confianza, un recuerdo, un gesto que te conecte con la vida.

– No sé si podré…-

– No necesitas estar segura ahora. Con que estés aquí expresándote conmigo ya estás abriendo un camino. Y esa posibilidad, por pequeña que parezca, es precisamente lo que te sigue atando a este mundo en este momento.

– Jorge… siento que grito por dentro y nadie me escucha. Es como si me estuviera muriendo en silencio. No puedo más, no quiero más!-

– Yo te escucho, aquí, ahora. Estoy contigo, puedes verme, sentirme como yo a ti. Para mí es real eso que sientes aunque sea invisible para el resto del mundo. No quiero que lo lleves sola, no estás sola. No estás sola.

– Pero ¿de qué sirve que lo escuches tú, si afuera no cambia nada? Si salgo de aquí, sigo siendo un fantasma,


– Tal vez el mundo no cambie de golpe, pero lo que está sucediendo en esta sesión ya está teniendo impacto, en tu vida y en la mía. Estás tocando mi vida en este instante.

Tras decir estas palabras ha sonreído y roto a llorar. Al poco me ha pedido un abrazo. Tras unos minutos la sesión ha continuado con un tono y sentido distinto.

Público este trozo de sesión porque a veces alguien me pregunta qué voy a hacer si un paciente me expresa pensamientos suicidas. Es difícil incluso para un psicólogo explicarlo de una forma cercana y llana.

Publico este fragmento también porque quiero mostrar que, aunque el acto de escuchar pueda parecer mínimo, tiene un profundo efecto.

Muchas veces quienes viven con pensamientos suicidas sienten que su dolor es invisible y que su existencia carece de impacto. Pero incluso un espacio seguro donde puedan expresarlo ya genera un cambio, les recuerda que son vistos, que su experiencia importa y que hay alguien que sostiene su vulnerabilidad sin juzgarla.

No se trata de ofrecer soluciones mágicas ni de minimizar la intensidad del sufrimiento. No puedo ni se puede borrar el dolor al instante, tampoco garantizar que nunca volverá. Sí puedo ofrecer herramientas, acompañamiento y trocitos de sentido que, poco a poco, hacen que la vida siga siendo vivible. Un abrazo en el momento justo, una palabra que llega, la validación de un sentimiento, son actos que pueden marcar la diferencia aunque el mundo exterior no los perciba ni nunca sepa de ellos.

Buscar ayuda no es debilidad, sino un acto de resistencia y de supervivencia. Cada gesto, cada palabra compartida, es una huella que, aunque invisible, deja constancia de que la persona existió, sintió y se atrevió a seguir.

Lo que sucede en estas sesiones no solo es escucha, sino construcción de sentido. No garantiza que el mundo cambie, pero sí que la persona que sufre pueda reconocer que su vida tiene valor, aunque sea por momentos pequeños y breves. Eso, a veces, es el primer paso de muchos y suficiente para seguir adelante y sí, mi vida cambia, crece y se enriquece con cada una de ellas.

La vulnerabilidad compartida genera conexión, una muy especial. Cuando acabo una sesión así, me quedo con la sensación de que he sido testigo de algo especial y casi sagrado: la valentía de enfrentar lo más oscuro y reconocer que, aun allí, hay lugar para la vida. 

Nunca he sabido expresar cómo admiro a estas personas, qué valientes… y me siento tan pequeño a su lado. La valentía de mostrarse tal como se es, de confiar en que otro sostendrá lo que duele, es un acto de coraje y ejemplo extraordinario..

Jorge Juan García Insua


“Dime todas las cosas terribles que has hecho y déjame amarte de todos modos” Edgar Alan Poe

Publicado por Jorge Juan García Insua

Nací y me siento especialmente unido a Badalona y a su mar, tal vez por el origen gallego materno. Soy el mediano de tres hermanos y tuve en mi padre el mejor modelo de vivir según tus valores, el valor de las cosas y el sentido de sacrificarte por aquello que realmente es importante. Amante del deporte, inquieto, intenso, apasionado, observador, con vocación de servicio, con fuerte conciencia social, receptivo, emotivo y me llena ayudar a los demás de forma desinteresada. Mi vida ha estado marcada por dos experiencias médicas... Un déficit de una proteína relacionada con la coagulación y tres trombosis cuando aún no había llegado a mi mayoría de edad me obligaron a afrontar e intentar superar situaciones poco habituales para un todavía adolescente, así como aceptar aspectos que me acompañaran el resto de mi vida. Ya superados los 30 me detectaron una Hepatitis C crónica grave que me hizo replantearme mi vida y lo que realmente era importante, cinco años de desgaste físico y emocional donde recorrí un camino de miedos y frustraciones acompañado de tratamientos y efectos secundarios. Superado todo quise devolver una pequeña parte de lo mucho que había recibido a los demás, y encontré la forma en aquello que me apasiona... las personas. Psicólogo de formación por la Universitat de Barcelona, Máster en Dirección de Recursos Humanos por Les Heures (UB), Técnico Superior de PRL, Máster en Liderazgo, Inteligencia Emocional y Coaching por EAE Business School, Coach certificado por ICF y actualmente realizando un Máster en Psicología Clínica y de la Salut mientras realizo estudios superiores como padre de mellizos, que son mi principal fuente de aprendizaje. Mi experiencia vital y mi pasión por la personas y por acompañarlas en la superación de situaciones, problemas y dificultades me ha llevado a estar siempre ligado a la psicoterapia, al voluntariado y a la consultoría organizacional en empresas de todo tipo con especial interés al desarrollo de personas. Actualmente atiendo como Psicólogo y Coach en Consulta Privada en Badalona (y On Line para cualquier punto del planeta), al tiempo que trabajo como Director Técnico para Residencias y Psicólogo para la Fundació Nen Déu. Mi propósito es acompañar desde mi formación y experiencia de más de 20 años en Psicología y Coaching a personas a enfrentar y solucionar sus problemas, a descubrir y trabajar esas limitaciones que impiden seguir el camino que consideran adecuado y alcanzar los objetivos personales y profesionales que se propongan. Especialmente a aquellas que como yo luchan con enfermedades o con sus efectos y secuelas, así como asesorar y acompañar a familiares y su entorno en la gestión de emociones, sentimientos y miedos. Si quieres saber más de mi... sólo has de leerme o visitar mi perfil en Instagran, Facebook o LinkedIn. Bienvenid@s a mi camino. Jorge

Deja un comentario