En un momento de la sesión me ha dicho… – No puedo mirarte y decirlo, no puedo… me da vergüenza… Sin intervenir he esperado a que decidiera seguir, las palabras parecían no querer salir de su boca. Y ha seguido… – Vergüenza y… miedo. Necesito decirlo, la de veces que me lo he dicho… –Sigue leyendo «Mucha mierda»