Seguimos sumando…
Debería comenzar dando las gracias a todos los que confiáis y habéis confiado en JOY pero eso es algo que no dejamos de hacer, conscientes de la responsabilidad que supone vuestra confianza y del enorme respeto que tenemos por nuestra profesión.

Siento en este aniversario la necesidad emocional de hablaros de Marta. Y como en el fondo JOY va de eso, de sentir, voy a hacerlo. Muchos asociáis mucho del trabajo a mi pero nada más lejos de la realidad. Así que dejarme que os cuente y confiese algo de esta historia…
Este proyecto nace de la casualidad de que alguien nos juntó en un grupo de trabajo de un máster y tal vez ese día el azar y el destino que estaban especialmente caprichosos dieron pie a una preciosa amistad y a una complicidad que pocas veces he tenido con nadie.
Siendo sincero no haría lo que hago si no fuera por Marta. Tenía la cabeza llena de sueños y deseos y no acababa de darles forma. Marta recogió esos sueños, los mezcló con los suyos y me puso alas, me demostró que si quería, si realmente quería podía ser… y lo hizo. Y sucedió. Podia decir cualquier barbaridad que ella me decía sí, hagámoslo, cómo lo harías?… y lo mejor es que me ayudaba a hacerlo realidad. Ahí está su magia.
Un proyecto como JOY no hubiera pasado la prueba del tiempo y de la pandemia sin ella. Imposible. Intuitiva, fiel, intensa, honesta, auténtica, sincera, cariñosa… un poquito pesada… siempre está ahí, reconduciendo, animando, empujando, dándome ese espacio que necesito para crear, para ser y sobre todo para crecer y volar.
En plena oleada cuando más cansado y frustrado estaba, cuando parecía que todo se guiraba y cerraban puertas hizo aquello que sólo un líder nato hace. Parar, pensar, apostar por los suyos, confiar, creer y abrazar. Lo hiciste conmigo, me ayudaste a reinventarme, a refundarnos y a recodar desde dónde empezó esta historia para tomar un nuevo y definitivo impulso.
A veces parece que no esté, entre su poco interés por ser foco de atención y mi tendencia al escenario sucede la injusticia de llevarme yo flores que no me corresponden y que se merece ella tanto sino más que yo. Es un lujo para mi compartir todo esto con una primerísima que sabe estar detrás para dejar que otros crezcan y que ademas disfruta con ello. Nadie hasta ella me había dado tanta libertad mental para trabajar, consciente de que así sacaba lo mejor de mi.
Pero todo esto no hace sino hacerla más grande. Hay que serlo para apostar por mi como socio en un proyecto tan especial como JOY.
Para algunos JOY es un trabajo, para nosotros es un regalo. Tú eres un regalo. Un espacio para crecer, reír, llorar, aprender y confiar. Sé que no hubiera nunca nacido JOY sin ti y por eso te estaré siempre agradecido. Te lo he dicho muchas veces y hoy quería hacerlo públicamente. Cuanta razón tenías cuando dijiste que buscábamos una profesión y JOY nos encontró a nosotros…
Me comprometí contigo a llevar esto hasta aquello que un día soñamos y sabes que me sobran locuras para seguir enJOYando contigo y seguir creciendo con este proyecto.
Hace un año publicamos un texto acerca del primer año de JOY. Hoy que hacemos 2 añitos necesito recuperarlo y dedicártelo Marta. Para ti. Gracias por estos dos años… me temo que tendrás que aguantarme muchos más.
El texto decía así…

El primer año de vida de JOY, como el de cualquier otro recién nacido es absolutamente apasionante y repleto de descubrimientos. Empieza a comunicarse, a relacionarse y torpemente a intentar controlar su cuerpo. Nosotros, como padres de la criatura, preocupados por dar nuestro nuestro apoyo y decididos a acompañarle en esta aventura que supone crecer.
Los primeros días fueron para los tres momentos extraños de incertidumbre, miedos y deseos de acelerar ese ansiado sueño cumplido. Se movía por instinto, siempre buscando la luz, llorando para nuestro desespero a menudo para recordarnos que tenía frío, hambre o calor y decidimos que preferíamos malcriarlo y cogerlo todo lo que pudiéramos en brazos, porque tenerlo así nos conectaba con él y con nuestros anhelos.
Poco después JOY empezó a sonreír y nosotros con él, cada mirada de curiosidad nos llevaba a un aprendizaje nuevo y nos enseñaba nuevas formas de ver e interpretar el mundo, el suyo y el nuestro. No tardo en girar su cabecita cuando escuchaba ruidos, en quedarse absorto ante el brillo de lo sucedía a su alrededor e intentaba balbucear. Cómo nos emocionábamos cada vez que hablábamos de ti… cómo nos hacías conectar con todo aquello que durante tanto tiempo habíamos imaginado y que ahora contigo cobraba sentido.
Un día vimos que ya sostenías tu cabecita, al poco se le iba un poco al lado, pero volvías a intentarlo mientras reías y reías… tenías ya tantas ganas de dar pasos que nunca se te pasaba por la cabeza que por tu edad no pudieras hacerlo.
Nosotros, todavía abrumados por la responsabilidad, te mirábamos orgullosos de esas ganas de comerte el mundo, de rebelarte contra las limitaciones propias de la edad, de no aceptar un no por respuesta y de devolver una sonrisa con una irrefrenable risa mientras nos mirabas intensamente. Nos veíamos reflejados en ti y nos sentíamos y sentimos felices de tenerte con nosotros.
Y así llegó el día que fue capaz de sentarse solo, de moverse a pesar de las dificultades y de hacerse entender cuando quería expresar sentimientos y emociones ante cualquiera que le muestre interés.
Finalmente JOY conseguiste ponerte en pie, agarrado de las manos de tus asombrados padres comenzabas a imitarnos, a decir tus primeras palabras y a coger por el camino todo lo que te llamaba la atención, siempre lleno de energía y de pasión por las personas que le rodean.
Y cuando parecía que el pequeño JOY iba a comenzar a correr llegó el virus, y como a todos los pequeños te tuvimos que cuidar y proteger en casa. Y tú nos enseñaste y recordaste que te sobra confianza, ilusión y pasión para esperar el momento, para seguir aprendiendo y desarrollándote para el momento en que el mundo esté preparado para ti… y cuando eso suceda estaremos a tu lado, como cada uno de tus primeros y apasionantes 365 días.

Hemos soñado, reído, llorado y sonreído contigo. Hemos visto crecer en ti alas y sobre todo hemos aprendido más de lo que nunca llegamos a imaginar cuando decidimos ir a por ti.
Eres todavía demasiado pequeño para entender qué significa este primer cumpleaños, pero un día te explicaremos cuánto de importante es y eres para nosotros y de lo maravilloso que es y eres a pesar de todas las dificultades… lo especial que eres y es poder celebrar tu existencia.
Así que muchas felicidades JOY!
Y gracias, gracias, gracias… GRACIAS de corazón a todos los que habéis conocido, interesado, jugado, acompañado, aprendido, experimentado, vivido y confiado en JOY. Todos sois parte de esta historia.
“Y la vida se pone de mi lado y con ella me empiezo a reír
Y ahora sueño que voy caminando por todas las cosas que faltan vivir y sentir”
Marta, Jorge & JOY
Jorge Juan García Insua
Infinitas gracias Jorge, ser testigo de verte volar día a día es un privilegio así como ver crecer a Joy juntos. Un abrazo inmenso.
Me gustaLe gusta a 1 persona