Mi deseo… un t’estimo.
Te deseo un año lleno de te quiero. T’estimo. I love you. Je t’aime…. pon tú el idioma. Yo, el sentimiento.
Uno para cada vez que me lo han dicho este año. Uno para cada vez que lo he dicho yo. Siempre verdadero, desde dentro. Uno para cada que vez que lo he necesitado y ha aparecido. Para las veces que lo he echado de menos y he deseado escucharlo. Uno por las veces que no llegó, otro para dejar ir lo que una vez fue.
Uno para las veces que me lo he imaginado, que me han llenado sueños y algún que otro delirio romántico. Pronunciados por la almohada y que resuenan entre sábanas y café. Uno para los que llenan presente y saben a futuro, otro para los que sólo podemos ya recordar, son memoria y parte del pasado. Uno para los loveyou que son no aunque deseas con el alma que se vuelvan sí.
Uno para cuando se enmascaran en carantoñas y largos abrazos. Uno de esos que se susurran y te llegan al alma, la elevan y sube sube sube… Uno suave, lento, seguido de otro y que no se acaban y siguen pronunciándose cuando ya no te queda aire y por la boca sólo sale sentimiento.
Sentimiento de beso y t’estimo. Existe otra forma de besar? D’estimar?
Uno para comenzar el día. Aún con la voz rota, desnuda como la piel y perdida entre las primeras miradas. A ciegas y a media luz. No sientes tu cuerpo pero te siento y te deseo. A ti. Te quiero. Te quiero y lo repito mientras te recorro. No para que quieras, para que sepas que t’estimo.

Uno para dormir. Para no quedarte con las ganas. Uno de esos que te invitan a seguir soñando, te atan al momento, se convierten en paz, descanso, deseo y pasión. Esos que te llenan y dejan sin aliento. Te has dado cuenta de cómo respirar después de pronunciarlo? Mmmmmmm.
Uno por cada miedo que lo acompaña. A decirlo, a no recibirlo, a no sentirlo, a que no sepas que te lo digo, pienso y siento, a que sea el último… Uno para perderse y encontrarse, para unir la distancia, para llorar y no echar de menos lo que pudo haber sido.
Uno por cada vez que te lo hubiera dicho aún sin saber por qué, sencillamente porque me ardía el alma de contenerlo y pensé que no debía, que sería repetitivo o incómodo. Qué cruel… cómo algo tan bonito puede llenarnos de dudas. Hace frío cuando no lo expresas. Qué absurdo… si no vas con todo para qué vas?
Te quiero, porque uno nunca sabe suficiente pero siempre siente necesario. Porque todos se dicen por algo y si no se dicen, también. Te deseo un año lleno, te lo dejo aquí por si lo necesitas y quieres llenarte de él… y de mí.
Uno para saber con quién puedo desnudarme más allá de la ropa. Uno que me ate a dónde quiero quedarme o uno para enseñarme que debo desaparecer. Qué bonita te ves bajo un te quiero. Qué bonita la sonrisa de un t’estimo.
Bésame con un te quiero sincero. Me gustaría saborearlo mientras despido el año y empezar otro con sabor a no te necesito para nada pero te quiero para todo… susurrado a voz bajita y latidos altos. No deseo que lo entiendas, sólo que ojalá algún día lo sientas.
Todos somos el te quiero de alguien. Aunque nunca se de, no lo escuchemos o no lo sepamos ver… está ahí, tan mágico cuando se comparte. Tú primero, te quiero después.
Te deseo un año así de lleno. Un año que te quieran en voz alta y con el corazón en las nubes. Nunca te olvidas de una persona que te dijo t’estimo y lo sentiste. Me iré y ojalá queden mis te quiero.
Te lo deseo. Tal vez porque nunca tuve tantas ganas de querer y mirar a nadie.
Deseo tantos como 2023… más, muchos más.
Deseo que te acompañen cuando cambies de año. Nadie se cansa de decirlo cuando lo siente y le anuda la garganta. Yo tampoco.
Es mi deseo. Eres mi deseo.
Eres y serás el te quiero de este año y el de mi vida… y hay t’estimo’s donde te quedarías a vivir y por los que no te importaría dejar de hacerlo.
T’estimo y te quiero.
Jorge Juan García Insua