
4:45…
Deberían estar prohibidas las alarmas a estas horas, no creo que los humanos estemos biológicamente preparados para levantarnos tan temprano…pero será que tienes poco de humano y mucho de diablo. Cuando estás dormido estás en tu mejor momento, no necesitas desvelarte para volverte de este mundo, rasgarme la espalda, hacerte presente y llevarme hasta…
Elegantes y calientes caricias y dedos hambrientos… de… necesidad, hambre… intimidad. Manos que hablan, piernas que se tocan y entrelazan, miradas a oscuras que se descubren de madrugada. Olor. Piel. Sabor.
Te mueves sigilosamente buscando contacto, mi contacto… mmmm… queriendo saber si sigo a tu lado. Hasta con el ruido de la alarma haces del despertar el momento perfecto. Lentamente te mueves como si conectaras con cada poro y pasarás lista de cada centímetro. En ese instante te escucho por dentro, noto tu mirada, me estremece como abrazas mi cintura y respiras mi nuca mientras separas mi cabello…
– la alarma…
– Sshhhh… suena para recordar que él momento perfecto -me susurras.
Y te mueves suave, abriendo caminos… Maldito seas como me… Acelerada hasta el último tramo sintiendo cómo bajas y le explicas tus motivos y le pides permiso para perderle el respeto. Dices que el amor es una batalla y que tras ella hay que relamer las heridas… quiero perder todas si es contra ti. No me hagas prisionera, no esperes que sea yo la que se retire… si vamos a hacerlo que sea a muerte y que pierda el primero que deje de besar, de comer, respirar y morder… hagamos un nudo de nuestras gargantas.
Caballero, educado y con un punto gris para las que ven… inquietante, brillante, de mentalidad torcida y sonrisa irreverente para las que te quieran mirar. No Me digas que te marcharás tras el tercer asalto… Jorge por Dios! Cómo hace el destino que dos personas se hagan importantes, que se echen de menos… azar o destino? Tú has comenzado, educación retorcida para ese encanto esquivo e hipnótico.
Cómo conformarme contigo en blanco y negro mientras te comportas y desbordas colores, no te alejes, no te escondas para decirme luego que por qué me he ido tan lejos… tú que ríes mientras muerdes, que me despiertas para dejarme luego pensando si tendré que conformarme con alguna de tus fotos… no más blanco y negro por favor, no más.
Dime, júrame que no escribirás sobre esto… me moriría de vergüenza… júramelo por tu Luna creciente y llena, cómplice y suicida, que le hablas, que no se aleja, que enamoras y le escribes para que te siga abriendo caminos y nunca se vaya lejos.
Y en unos minutos saldrás corriendo y saltando escaleras de 6 en 6, subirás al coche, subirás el volumen y le meterás prisa al tiempo, soñarás despierto… y yo aquí prendida, recordando momentos prohibidos entre el silencio de tu calor y el ruido de tu aroma…mientras pienso en la locura perfecta de una alarma imperfectamente impecable.
Me besas y te recreas… Disfrutas el instante. Dormir contigo, despertar en ti.
Memorizo tu perfume para llevármelo puesto cuando me vuelvas a despertar… y cuando eso pase no sonará la alarma pero creeré escuchar y seré yo la que te busque… de 6 en 6…
Jorge Juan García Insua