Redescubriendo mis dos manos

‘Con el tiempo y la madurez, descubrirás que tienes dos manos; una para ayudarte a ti misma y otra para ayudar a los demás’ (Audrey Hepburn)

Ayer al despedirnos de una sesión ella me dijo que era muy generoso en mi forma de ser y trabajar.

No supe contestar y sólo acerté a darle las gracias por sus palabras, regalarle una sonrojada sonrisa y responder a su abrazo.

Al finalizar todas las sesiones vinieron familiares de un paciente a agradecer mi trabajo terapéutico y sentí que aquello estaba unido a las palabras que me habían dicho antes, al agradecimiento en otro momento de la tarde de una persona por no cortar una sesión superada la hora… y todo resonó más todavía y aún ahora lo sigue haciendo.

Tal vez el “secreto” de ser generoso está en saber y creer que nadie me necesita ni necesita mi ayuda. En realidad necesitamos muy poco o casi nada.  

No lo hago ni soy por obligación pero sí por responsabilidad y por respeto hacia la forma en que veo y entiendo las cosas. Por respeto hacia los demás. Mi forma de enfocar y entrar en sesión es un reflejo de todo eso y no me ha resultado fácil llegar a este punto y hay mucho trabajo personal tras todo eso.

Si pienso que alguien me necesita sería muy arrogante por mi parte y dejaría de dar lo mejor de mi. En cambio colaboro y camino junto a otros y en ese trayecto compartido descubren y ponen en práctica fórmulas para ser y avanzar, para dejar atrás problemas y dificultades… y lo hacemos hombro con hombro, dando perspectiva, ayudando a superar barreras y respetando el tiempo y el espacio de la otra persona, sabiendo que es su camino y yo un “invitado” de lujo durante un trocito de él. Acepto que el objetivo siempre es no seguir en futuros trocitos de ese camino.

Si lo pienso ser “generoso” es como una fuente de alimentación que no se agota y me hace feliz. No sabría ser de otra forma ni quiero hacerlo de otra forma. Serlo es una vía más de mostrar mi actitud y como quiero ser y vivir.

En lugar de verme generoso me reconozco como deudor, sabedor de haber recibido muchas veces algo que nadie estaba obligado a darme y que ha ido ayudando a dar forma a quien soy. Soy la suma de todo eso. Cuánto más reconozco la ayuda y los aprendizajes recibidos más siento que debo agradecer y de algún modo estar disponible para los demás y acompañarlos. Tengo además la suerte de haber elegido la profesión que ejerzo… o que ella me eligió a mi…

Puede que sólo esté devolviendo lo que no era mío y otros me regalaron antes. No por obligación ni porque nadie me lleve a pensar así, sencillamente porque decido, quiero y siento que debo hacerlo.

Recuerdo en mis años de facultad que muchos nos decían que si estudiábamos Psicología era porque teníamos muchos problemas para solucionar… nunca creí que aquello fuera la norma (aunque algún caso había) y siempre he pensado que dedicarse a la Psicología tiene muchísimo más de vocacional que de auto terapéutico (cosa por otro lado difícil que ocurra), sea cual sea el campo donde la apliques. El tiempo, sesiones y los años me han enseñado que ser un “buen psicólogo” tiene mucho de humildad y generosidad. Mucho de reconocer tus límites y limitaciones y ponerlo a favor de quien confía en ti. Sin apegos, como me enseñaron.

Todos los días me encuentro con casos que despiertan mi curiosidad, me llevan a preguntas y la búsqueda de respuestas y alternativas. Me llenan de emociones, de lágrimas, de risas y de conocer a personas de un modo que a menudo nadie ha visto aún. Nadie nace sabiendo, tampoco yo ni ningún psicólogos ni coach y reconocernos ignorantes nos permite trabajar nuestras habilidades y capacidades terapéuticas en cada sesión.

Así que aún “siendo” o “pareciendo” generoso lo cierto es que recibo mucho a cambio, muchísimo. Tal vez solo se trata de ser y tratar a los demás con respeto y con el mismo cariño que desearías que te traten a ti. 

Dar lo que eres y que sientas que no te ha costado nada. Esa es la clave. Tan sencillo como eso.

Me viene a la cabeza la frase de la película Wonder cuando Auggie dice “Creo que debería haber una regla para que todos sean ovacionados al menos una vez en sus vidas”.

Ayer debió ser la mía.

Jorge Juan García INSUA

Publicado por Jorge Juan García Insua

Nací y me siento especialmente unido a Badalona y a su mar, tal vez por el origen gallego materno. Soy el mediano de tres hermanos y tuve en mi padre el mejor modelo de vivir según tus valores, el valor de las cosas y el sentido de sacrificarte por aquello que realmente es importante. Amante del deporte, inquieto, intenso, apasionado, observador, con vocación de servicio, con fuerte conciencia social, receptivo, emotivo y me llena ayudar a los demás de forma desinteresada. Mi vida ha estado marcada por dos experiencias médicas... Un déficit de una proteína relacionada con la coagulación y tres trombosis cuando aún no había llegado a mi mayoría de edad me obligaron a afrontar e intentar superar situaciones poco habituales para un todavía adolescente, así como aceptar aspectos que me acompañaran el resto de mi vida. Ya superados los 30 me detectaron una Hepatitis C crónica grave que me hizo replantearme mi vida y lo que realmente era importante, cinco años de desgaste físico y emocional donde recorrí un camino de miedos y frustraciones acompañado de tratamientos y efectos secundarios. Superado todo quise devolver una pequeña parte de lo mucho que había recibido a los demás, y encontré la forma en aquello que me apasiona... las personas. Psicólogo de formación por la Universitat de Barcelona, Máster en Dirección de Recursos Humanos por Les Heures (UB), Técnico Superior de PRL, Máster en Liderazgo, Inteligencia Emocional y Coaching por EAE Business School, Coach certificado por ICF y actualmente realizando un Máster en Psicología Clínica y de la Salut mientras realizo estudios superiores como padre de mellizos, que son mi principal fuente de aprendizaje. Mi experiencia vital y mi pasión por la personas y por acompañarlas en la superación de situaciones, problemas y dificultades me ha llevado a estar siempre ligado a la psicoterapia, al voluntariado y a la consultoría organizacional en empresas de todo tipo con especial interés al desarrollo de personas. Actualmente atiendo como Psicólogo y Coach en Consulta Privada en Badalona (y On Line para cualquier punto del planeta), al tiempo que trabajo como Director Técnico para Residencias y Psicólogo para la Fundació Nen Déu. Mi propósito es acompañar desde mi formación y experiencia de más de 20 años en Psicología y Coaching a personas a enfrentar y solucionar sus problemas, a descubrir y trabajar esas limitaciones que impiden seguir el camino que consideran adecuado y alcanzar los objetivos personales y profesionales que se propongan. Especialmente a aquellas que como yo luchan con enfermedades o con sus efectos y secuelas, así como asesorar y acompañar a familiares y su entorno en la gestión de emociones, sentimientos y miedos. Si quieres saber más de mi... sólo has de leerme o visitar mi perfil en Instagran, Facebook o LinkedIn. Bienvenid@s a mi camino. Jorge

2 comentarios sobre “Redescubriendo mis dos manos

  1. Excelente como todo lo que escribes, porque en la manera que escribes, refleja como eres tú, el corazón enorme que tienes, los sentimientos nobles y sinceros. Para mi es un placer poder leerte y haberte conocido. Te sigo y te leo, lo sabes😘

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