”Once upon a time… not so long ago”

Cincuentenario, quincuagenario… suena hasta señorial. No sé si voy a acostúmbrame. Me dicen que a partir de hoy todo es cuesta abajo, que hoy sí puedo decir eso de “cuando era joven…”.

Cuando lo era seguía persiguiendo sueños y hasta me cambiaba el nombre cuando firmaba en el camino de encontrarme a mí mismo. Jorgito, Coke, Ferran DaFonseca… y alguno más que ni llegado al medio centenar me atrevo a confesar.

Cuando era joven me castigaban por pelearme contra decenas por no poder soportar que pegaran o se metieran en la escuela con mi mejor amigo Paco. Y mi padres siempre lo respetaron. Los suyos también.

Cuando lo era seguía durmiendo de un tirón al llegar a la cama, debí aprender a vivir durmiendo poco y es ahora cuando la pereza surge en las fiestas de guardar.

Entonces soñaba con pelotear algún día con mis hijos… ahora maldeciré el día que deje de hacerlo.

En el camino he perdido buenísimo pero sigo sobrado de impulso y energía cuando algo me conmueve y apasiona. Ahora incluso algunos dicen que escribo y se hacen ideas de mí que ni por asomo y sí acepto que lo hago para no dejar de ser lo contrario a un libro abierto.

El primer y último cigarro que fumé me lo dio mi padre en una boda. La primera y última calada a un porro fue en Hospitalet y fue por amor. La de veces que he hecho algo por primera y última vez por amor…

Me he defraudado más veces que años cumplo… menos a Hacienda. Perdí la cuenta de las veces que me he sentido defraudado, será memoria selectiva o que acumulo años suficientes para aprender a soltar, perdonarme y perdonar.

Me reconozco y reconozco que muchas veces pensé no llegar a cumplirlos y tener una temprana fecha de caducidad. Llego sin tener ganas de saber ni cuándo ni dónde ni dispuesto a dar pasos atrás.

Soy el último de los que conocí en mis años más oscuros. Aquellos que me enseñaron que puedo ganar perdiendo, que las batallas nunca te hacen fuerte si no tienes claro qué te mueve a pelearlas y qué estás dispuesto a perder. Aquellos que una vez me dijeron que valía la pena perder su batalla si a cambio ganaba la mia.

Perder. Aún no he aprendido eso. Soy el torpe que nunca ha sido el más listo ni el más fuerte, sigo tropezándome con las misma piedras pero ahora caigo con más estilo, hago selfies de los hematomas y hasta me dan likes.

Ya no castigo mi cuerpo y lo trato con más cariño. Dejé de buscar su límite y me reconcilié poco a poco con cada una de las cicatrices. Me costó eso de encajar que correr no es de cobardes y que no tengo nada de caballero excepto cada 23 de abril que me da por presumir de ello.

Aprendí a pensar en mi salud y hacerlo casi me cuesta perderla. Nunca mais. Y más costó entender que preocuparme por mi futuro me alejaba del presente.

Sigo sin acabar de escribir esa canción que un día prometí poner letra… tiene alguna frase en gallego y la última frase que de momento tiene es “sigo teniendo ganas ti”…

Como un gusano me encierro cuando me hacen daño o me superan las emociones. Necesito la distancia y el espacio para sentir, entender y volver a creer que algún día tendré algo de mariposa.

Cuantas veces pensé que no daba más, que no podía más, que no vería más y en cambio… nada es tan grave cuando te das un largo abrazo y mucho cariño. Si has conocido a alguien sonriendo sabiendo que estaba roto por dentro también me has conocido a mi. Curioso que ahora sean muchas las veces que acompaño a otros mientras se reparan y poco se imaginan cuantas de ellas me han reparado a mí y cuánta es mi deuda por ello con ell@s.

Y eso que me he callado más de 50 cosas. Algunas siguen haciéndome daño cuando me recuerdan que siguen ahí y me hacen vulnerable. Otras se han convertido en cosas y personas bonitas que me ensanchan las pupilas aún cuando no las ve nadie. Es verdad eso de que todos estamos hechos de Estrellas, las mías forman galaxias de historias, momentos y recuerdos.

Doy lo mejor de mí cuando abrazo y cierro los ojos. Los años y la serenidad me permitieron soñar que era algo parecido al hombre de los abrazos perfectos. Tal vez ya no hago con la misma fuerza pero me sigo emocionando cuando lo hago y no puedo evitar pensar que tal vez no daré otro.

Me he sentido vacío y me he vaciado. Sigo sufriendo cuando sucede aunque ahora no dudo al pensar que no hay otra forma de estar preparado para llenarme otra vez.

No recuerdo en todos estos años haber visto bailar a mi madre pero cómo reprocharle nada a quien tanto le debo sabiendo que soy parte de la música de su banda sonora. Sigo echando de menos a mi padre. Todos los días y sigo esforzándome en hacer que siga estando orgulloso de la persona que soy y seré. No puedo soportar la idea de pensar que mis hijos no lleguen a estarlo de mi.

He pasado horas y horas en atascos, caminando en transbordos eternos, escuchado la misma música con los ojos cerrados, he llevado hasta tres móviles y nada de eso acabó por hacerme feliz. Soy fruto de muchas personas que dieron una primera oportunidad, que confiaron y creyeron ver en mi algo especial. Antes de saber dar es tanto lo que recibí que siempre estaré en deuda.

No te creerás los Km que acumulo entre mis piernas y mi corazón. Durante años me llevaban los demonios pero se calmaron y con ellos el miedo a caer y no poder dar un paso. He perdido la cuenta de los amaneceres que he disfrutado a la orilla del mar. Me he vuelto adicto a hacerlo fácil, a agarrarme a lo que me hace feliz y dejar atrás aquello que me quite el sueño.

Me cuesta recordar cómo era con 30… y con 20 ni lo intento ni lo necesito. Pasar por los 20, los 30 y todos los 40 me ha llenado de momentos. Vivir es lo único urgente, el resto es cosa de la edad.

Sigo sin cumplir tantos años como para superar al número de personas que han llegado a mí para intentar seguir cumpliendo edad, solo por eso vale la pena llegar al 5…

Si lo pienso llego aquí sonriendo todos los días aunque sea un poquito, pintando canas y con el pelo más largo de lo que apuntaban ciertos genes familiares. Lo de mis genes y la familia necesita de 50 años más para ser entendido por la ciencia. Tal vez sigo vivo para darles tiempo a estudiarme con conciencia.

Me sobran ganas para más. Me sobran para que me des 50 abrazos más los de propina… y un beso al final. Me sobran para seguir sin darle mucha importancia a mis años porque sea el año que sea poco refleja lo que a lo largo de ellos he vivido y compartido.

Y todo esto que te escribo está bien. Todo esto es gracias a mi edad, a mis canas, a mi locura y a mis ganas… sean 50 o sean muchas más. Tengo la experiencia que me dan los años y la edad que aún no han cumplido mis sueños.

Si tienen razón y en mi camino empieza la caída voy a dejarme llevar, sí y lo voy a hacer planeando. Alguien pensará que lo hago por joder a los que tienen prisa (y no les falta razón) pero lo haré porque ya que he llegado hasta aquí no quiero caer sin más y quiero disfrutar de las alturas.

Quiero fingir que tengo miedo para tener excusa de cogerte fuerte de la mano y tocarte por debajo de tu espalda mientras dure la bajada, quiero sentirme pequeño y soñar en grande mientras escucho una y otra vez la historia de Tommy y Gina… Caer aprendiendo, acompañar y ser acompañado, sentir cómo se acelera el corazón para seguir mirando cuando el viento me cierre los ojos y cuando irremediablemente me acerque al suelo convencerme que todavía no es suficiente, que quiero más, más más más… y soñar que mis alas se extienden,  tanto tanto tanto que me olvide de todos estos 50 años excepto de las personas a quienes tanto quiero y querré 50 más.

Jorge Juan García Insua

Publicado por Jorge Juan García Insua

Nací y me siento especialmente unido a Badalona y a su mar, tal vez por el origen gallego materno. Soy el mediano de tres hermanos y tuve en mi padre el mejor modelo de vivir según tus valores, el valor de las cosas y el sentido de sacrificarte por aquello que realmente es importante. Amante del deporte, inquieto, intenso, apasionado, observador, con vocación de servicio, con fuerte conciencia social, receptivo, emotivo y me llena ayudar a los demás de forma desinteresada. Mi vida ha estado marcada por dos experiencias médicas... Un déficit de una proteína relacionada con la coagulación y tres trombosis cuando aún no había llegado a mi mayoría de edad me obligaron a afrontar e intentar superar situaciones poco habituales para un todavía adolescente, así como aceptar aspectos que me acompañaran el resto de mi vida. Ya superados los 30 me detectaron una Hepatitis C crónica grave que me hizo replantearme mi vida y lo que realmente era importante, cinco años de desgaste físico y emocional donde recorrí un camino de miedos y frustraciones acompañado de tratamientos y efectos secundarios. Superado todo quise devolver una pequeña parte de lo mucho que había recibido a los demás, y encontré la forma en aquello que me apasiona... las personas. Psicólogo de formación por la Universitat de Barcelona, Máster en Dirección de Recursos Humanos por Les Heures (UB), Técnico Superior de PRL, Máster en Liderazgo, Inteligencia Emocional y Coaching por EAE Business School, Coach certificado por ICF y actualmente realizando un Máster en Psicología Clínica y de la Salut mientras realizo estudios superiores como padre de mellizos, que son mi principal fuente de aprendizaje. Mi experiencia vital y mi pasión por la personas y por acompañarlas en la superación de situaciones, problemas y dificultades me ha llevado a estar siempre ligado a la psicoterapia, al voluntariado y a la consultoría organizacional en empresas de todo tipo con especial interés al desarrollo de personas. Actualmente atiendo como Psicólogo y Coach en Consulta Privada en Badalona (y On Line para cualquier punto del planeta), al tiempo que trabajo como Director Técnico para Residencias y Psicólogo para la Fundació Nen Déu. Mi propósito es acompañar desde mi formación y experiencia de más de 20 años en Psicología y Coaching a personas a enfrentar y solucionar sus problemas, a descubrir y trabajar esas limitaciones que impiden seguir el camino que consideran adecuado y alcanzar los objetivos personales y profesionales que se propongan. Especialmente a aquellas que como yo luchan con enfermedades o con sus efectos y secuelas, así como asesorar y acompañar a familiares y su entorno en la gestión de emociones, sentimientos y miedos. Si quieres saber más de mi... sólo has de leerme o visitar mi perfil en Instagran, Facebook o LinkedIn. Bienvenid@s a mi camino. Jorge

Deja un comentario