Todo ha empezado buscando el diente que se le había caído a Jan esta mañana y que había guardado en la mochila en una servilleta que le había dado su abuela.
Cuando finalmente ha aparecido le he dicho sin pensar…
– Menos mal o el Ratoncito no hubiera venido..
Me han sentado los dos y entre bromas me han dado a entender que el Ratoncito, como los Reyes, el Tió, Papá Noel… en fin… que soy yo.
Me he quedado sin palabras mientras ellos bromeaban. Al ver mi expresión Jan me ha dicho bajo la atenta mirada de Pol…
– Pareces triste… no sabias que eras tú?
No he sabido responder excepto… “jo.. ya no creéis… me da pena…”.
– Ya hace algún tiempo que lo sabemos papá pero no sabíamos si lo podíamos decir… – ha dicho Pol.
– Papá no te pongas triste… yo por ti creo y creeré – me ha dicho Jan mientras me abrazaba y besaba.
Así hemos estado unos minutos.
Una vez en la cama al darle las buenas noches a Pol me ha preguntado si ya no estaba triste..
– No cariño, estoy triste pero es normal que lo esté. Que lo sepáis para papá es importante, era muy feliz imaginando que creíais y cuando creíais yo creía con vosotros.
– Por qué es tan importante para ti que creamos?
– Porque yo creí, quise creer muchos años más de cuando sabía que no todo era mágico. Y sigo buscando esa magia en todo, en las ilusiones, en las historias, en las personas, en los corazones… y me pone triste pensar que ahora podáis perder esa inocencia, que dejéis de soñar y de creer que por imposible que parezca todo es posible. Eso lo quiero para vosotros y lo quiero para mi.
Pol me ha abrazado muy fuerte y hemos llorado juntos. Ha venido Jan, nos ha abrazado a los dos y hemos llorado juntos.
Pol ha cogido aliento y serenidad y mirándome me ha dicho…
– Papa… yo no quiero dejar de creer ni de soñar, quiero ser como tú
Escuchar esas palabras ha sido de los momentos más especiales que ahora puedo recordar con mis hijos. El corazón se ha hecho grande, muy grande y lo he llenado a besitos.
– No sé cariño si has entendido todo lo que he dicho y creo que aún no puedes entender lo que significa para mí lo que acabas de decir. Algún día lo entenderás y espero que te acuerdes de este momento, de este instante que yo no olvidaré nunca y que recuerdes que hoy me has hecho muy feliz…
Los he mirado…
– … y que es imposible quereros más de lo que os quiero.
Jan ha buscado su sitio, se ha acurrucado en mi pecho… “ y nosotros te queremos mucho a ti”.
Y sigo triste pero también lleno y no soy capaz de ponerle palabras. Tal vez sea porque no son necesarias y lo que se podía decir ha sido sentido.
Me he puesto triste porque hoy se cierra una etapa, para ellos y para mí. Pero como todos los finales este va seguido de un inicio…
Es curioso pero cuando me imaginaba de padre podía visualizar estos primeros años pero rara vez los años siguientes.
Tal vez porque alguna vez pensé no llegar a estar vivo llegado este momento, tal vez porque me daba miedo dejar de soñar con ser padre, tal vez porque tengo miedo de no saber hacerlo en esta nueva etapa.
Hoy han decidido que duermen conmigo, uno a cada lado… más Pinguï. Qué mejor forma de acompañarme, de sentir conmigo y enseñarme a soñar con mañana, con pasado y con el siguiente.
Siento que una parte del niño que hay en mí hoy a crecido, ese niño que se niega a perder la poca inocencia que todavía me pueda quedar. Y me duele despedirme de él. Y los quiero con el alma.
Cuánto tienen por enseñarme y yo cuánto por aprender.
Jorge Juan García Insua